lunes, 29 de marzo de 2010

Un despiste lo tiene cualquiera


¿Un perchero que sale del parietal para colgar la chupa en los bares sin perderla?, ¿una lengua prensil, gruesa y larga, claramente multifunción?, ¿manos de 7 dedos para tocar el piano a otro nivel? , ¿una salchicha XXL vaya usté a saber para qué?, ¿un mp3 instalado en el juanete del pie izquierdo de serie?...no sé el qué, pero seguro que Dios nuestro Señor tenía reservado algo guapo para nosotros cuando se despistó.
¿Qué cómo sé yo que se le fue la olla a Dios en plena creación? Pues muy sencillo a raiz de una de las curiosas reliquias que aparecieron en un inventario de la iglesia de Santa María en Sangüesa, Navarra. Se dice que allí conservan un puñado de barro “que le sobró” a Dios de cuando hizo a Adán. Tienen más cosas ahí guardadas, otro día os cuento.

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